lunes, 28 de octubre de 2024

Palabras en Movimiento: Reflexiones sobre el Lenguaje y la Interpretación


Palabras en movimiento: reflexiones sobre el lenguaje y la interpretación 

"No se puede entrar dos veces en el mismo rio, porque distintas aguas fluyen sobre ti" Heráclito 

La palabra fluye en un rio como el del filósofo Heráclito, aun impresa. Aquel rio es el hombre, no el que la produce, sino aquel que la consume, por tanto la palabra siempre es otra palabra aunque las formas parezcan las mismas.

El lenguaje no es estático, por ello pienso que reconocer está dinámica nos permite entender nuestras interpretaciones como provisionales, tal ves logrando romper el fanatismo textual. 

Cada palabra escrita o pronunciada existe en el momento de su consumo, y aunque su forma parece la misma, su significado esta atado al contexto, en sujeción al sujeto y su historio, siempre cambiante. Cada vez que la palabra es consumida (oída o leída), esta se transforma en otra palabra, de tal manera que adquiere nuevas formas

El sujeto que ha leído hoy un texto, no podrá volver a leerlo de la misma forma, aun cuando lo lea casi de manera inmediata. ¿y el escritor no usa la palabra?, si, pero también la lee, luego la piensa, y aun su propia palabra cambia, yo lo he visto en mi, un escrito un par de años después cuando lo releo parece decir otras cosas, a veces ni siquiera estoy de acuerdo con lo que leo. 

El escrito, también se transforma, cuando escribe no solo esta produciendo palabras, sino que también las lee, reflexiona, recuerda otras, experimenta; pasado algún tiempo, la interpretación de su propios textos puede cambiar. Quizás tanto quien produce y consume palabras se mantiene en un proceso permanente de cambio y re-intrepretación de si mismo y la realidad externa.

Así como el rio nunca es el mismo rio, tampoco lo son nuestras palabras. Aun cuando pretendan darnos hechos, solo son posibles las interpretaciones, y aun sobre la pretensión caza la subjetividad. 

Inti Gerónimo Moscoso Bertoni 


viernes, 18 de octubre de 2024

Marcadores Sociales: Herramientas clave para la investigación en la Era Digital


Los marcadores textuales

Los marcadores sociales  permiten guardar, organizar y compartir enlaces a páginas web de interés, y son accesibles desde cualquier dispositivo con internet, teniendo un enfoque colaborativo, por lo que es posible compartir hallazgos e información con otros con intereses similares. 

Estas herramientas o sistemas  utilizan etiquetas ("tags") para clasificar y almacenar enlaces, propuestos por los usuarios para organizar, catalogar y referir datos particulares de un texto de internet; esta acción facilita la búsqueda y recuperación de información y permite el "don de la ubicuidad" de la información en el cumulo oceánico de información disponible en la web. 

Se puede apuntar que dentro de las funciones principales de esta herramienta, se encuentran los procesos de: Almacenamiento de enlaces; etiquetado y categorización de información contenida en los enlaces; Vinculación y difusión de enlaces categorizados para su utilidad comunitaria; entre otros. 

Los marcadores sociales representan una herramienta valiosa para la gestión de información en la era digital. No solo facilitan la organización y el acceso a contenidos relevantes, sino que también contribuyen al aumento del tráfico web y mejoran la visibilidad online. Su uso es esencial tanto para individuos como para empresas que buscan optimizar su presencia digital y maximizar el alcance de su contenido. Al integrar estas herramientas en tu proceso de investigación, podrás enriquecer tu experiencia educativa y profesional, convirtiéndote en un usuario más eficiente e informado en el vasto mundo digital.


Inti Gerónimo Moscoso Bertoni


jueves, 3 de octubre de 2024

Identidad y Relativismo: Reflexiones sobre la Modernidad Actual




En el libro El Mundo de las Ideologías, escrito por José R. Ayllón, se afirma: “Privadas del horizonte trascendente, las ideologías han propiciado tiempos de nihilismo y pérdida de sentido”. Este vacío de sentido ha dado lugar a lo que Zygmunt Bauman denomina “modernidad líquida”, una metáfora que describe la naturaleza volátil y cambiante de la sociedad contemporánea. En esta modernidad líquida, las estructuras sociales, los valores y las identidades ya no son sólidos ni estables, sino fluidos y temporales. Bauman argumenta que esta transformación ha llevado a una disolución del sentido de pertenencia social, donde los vínculos humanos son cada vez más precarios y transitorio. 

A medida que exploramos las implicaciones de esta modernidad líquida, dos productos clave emergen en la discusión contemporánea: la corrección política y la posverdad. En una sociedad donde se rechaza la idea de que una cultura, sociedad o persona pueda ser superior a otra, surge el principio de que “todas son respetables”. Sin embargo, esta postura puede llevar a acuerdos sociales y éticos que son parciales y temporales, careciendo de un fundamento sólido.

En el contexto de la corrección política, el debate sobre el uso del lenguaje inclusivo ha cobrado fuerza en diversos ámbitos, como el académico y el político. Algunas universidades han adoptado el uso de "e" o "x" en lugar de "o" para referirse a grupos mixtos (por ejemplo, "todxs" o "todes"). Si bien esta práctica busca evitar el lenguaje considerado excluyente hacia personas no binarias, ha generado controversia entre quienes argumentan que limita la libertad de expresión. Un ejemplo notable es el caso en Argentina, donde se ha prohibido el uso de este tipo de lenguaje en las instituciones gubernamentales en pro de la corrección del idioma, lo que contradice la corrección política al volver irrelevantes a los “ofendidos”.

Por otro lado, al considerar la posverdad, es importante reconocer cómo esta se manifiesta en nuestra percepción colectiva. La posverdad, como eufemismo del relativismo, se refiere a la tendencia a sostener la falacia de que todas las opiniones son igualmente válidas. Esto genera una difuminación de la verdad, donde las interpretaciones personales se equiparan con los hechos objetivos. Friedrich Nietzsche lo anticipó al afirmar: “No hay verdades, solo interpretaciones”. Esta cita resuena en este contexto al describir la raíz filosófica de la posverdad: la ausencia de una verdad universal en una sociedad que privilegia percepciones subjetivas por encima de hechos verificables. De acuerdo con la RAE, la posverdad es la “distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”. Un linda manera de llamar a la no-verdad. 

En un artículo titulado “10 apuntes sobre la posverdad”, Daniel Gascon señala: "Vivimos en un mundo con demasiadas verdades, donde la información rigurosa y la mentira conviven, dificultando las diferencias y creando una visión cínica", lo que explica cómo todo es fiscalizado por una especie de fiscalia de lo “correcto”. 

Esta falta de un consenso objetivo sobre lo que constituye la verdad abre el camino para que surjan otras dinámicas sociales, como la corrección política, que busca establecer normas sobre lo que se puede y no se puede decir en el discurso público.

En este marco de posverdad, durante las elecciones presidenciales de 2018 circularon numerosos rumores y noticias falsas sobre los candidatos a través de redes sociales. Por ejemplo:

  • Se afirmaba que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) planeaba otorgar amnistía a criminales.
  • Ricardo Anaya fue objeto de acusaciones sobre su presunta participación en actos de corrupción relacionados con la venta de un inmueble.
  • Se generaron rumores acerca de la manipulación de encuestas para favorecer a José Antonio Meade.

Estas afirmaciones infundadas influyeron en la opinión pública y ejemplifican cómo la posverdad puede prevalecer sobre los hechos concretos en el discurso político. Martín Montoya, Profesor de Filosofía en la Universidad de Navarra sostiene que "El fenómeno de la posverdad se produce cuando los hechos objetivos son menos influyentes en la formación de la opinión pública que la apelación a las emociones y creencias personales"

Dentro de este marco, la corrección política actúa como una especie de "religión secular" que domina el discurso público y censura cualquier transgresión. Aunque su intención es proteger a diversos grupos sociales, su consecuencia ha sido el alejamiento de los valores tradicionales del espacio público. El rasgo más preocupante de la corrección política es su intolerancia y su tendencia a reescribir o seleccionar la historia según conveniencias ideológicas. La corrección política impone una especie de mandatos  sobre lo que puede ser dicho, lo que puede llevar a la censura y a una intolerancia hacia las opiniones divergentes.

Al abordar las dinámicas sociales, Gilles Lipovetsky, por su parte, sostiene que hemos ingresado en la “época del posdeber”, donde la sociedad desprecia la abnegación y fomenta los deseos inmediatos. En este contexto, el deber como virtud moral central es reemplazado por una búsqueda constante de gratificación personal. La idea del “posdeber” implica que las obligaciones tradicionales han sido despojadas de su peso moral y se han vuelto irrelevantes en un mundo donde se prioriza el placer individual sobre las responsabilidades colectivas.

En este entorno, cualquier ética basada en el deber aparece como una imposición fanática y fundamentalista para quienes priorizan la libertad individual por encima de todo. La noción de un "deber" rígido y objetivo es vista como opresiva, reflejando así la crisis de valores que Lipovetsky y otros pensadores observan en la posmodernidad.

Finalmente, vivimos en un estado de perpetua zozobra, donde la falta de certezas y la relativización de principios fundamentales generan inestabilidad tanto a nivel individual como social. La búsqueda constante de identidad en un mundo líquido se convierte en un desafío diario; nos encontramos atrapados entre el deseo de pertenecer a un grupo y la realidad efímera de nuestras relaciones.


Inti Gerónimo Moscoso Bertoni


Ver para mayores referencias:

Daniel Gascón, 10 apuntes sobre la posverdad, https://letraslibres.com/politica/10-apuntes-sobre-la-posverdad/ Gilles Lopovestky, El Crepúsculo del Deber.

José R. Ayllón, El mundo de las idíologica

Martín Moya, La era de la posverdad, la posveracidad y la charlatanería, https://www.unav.edu/web/ciencia-razon-y-fe/la-era-de-la-posverdad-la-posveracidad-y-la-charlataneria

Zigman Bauman, Modernidad Liquida.

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Palabras en Movimiento: Reflexiones sobre el Lenguaje y la Interpretación

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